Cientos de estudiantes en decenas de universidades en Estados Unidos continúan desafiando a las autoridades de los centros educativos en protestas en contra de la guerra en Gaza.
Las manifestaciones tienen en común el rechazo a la política estadounidense hacia Israel y la petición de que los centros educativos rompan relaciones con el gobierno y el sector privado israelí.
Este lunes, los manifestantes en la Universidad de Columbia, en Nueva York y la Universidad de Texas (UT) en Austin se negaron a acatar órdenes de desalojo emitidas por el liderazgo de las instituciones.
Decenas de efectivos antidisturbios de la policía estatal de Texas entraron hoy al campus de UT e intentaron disolver por la fuerza el campamento.
En vídeos compartidos en redes sociales por estudiantes y medios locales, se puede ver cómo las gentes arrastraron por los brazos a algunos estudiantes, al igual que retiraron carpas y mesas que los manifestantes habían instalado en una de las áreas verdes de la universidad.
Esta es la segunda vez que los estudiantes de la UT se enfrentan con las fuerzas del orden, desde el pasado miércoles, cuando agentes dispersaron el campamento y arrestaron a más de 57 personas. Entre los detenidos estuvo un fotoperiodista de la cadena Fox, Carlos Sánchez, quien enfrenta cargos federales por “atacar” a un policía, según informaron medios locales.
En la prestigiosa Universidad de Columbia en Nueva York, los manifestantes estudiantiles también se negaron a desmantelar el campamento que hace dos semanas mantienen dentro del campus, pese al ultimátum de hoy del centro educativo de que perderán el semestre de estudios.
Una de las portavoces de la manifestación encargada de las negociaciones con la universidad dijo a en una rueda de prensa desde el campus que, pese a que las negociaciones iban en buen camino, “la administración las interrumpió bajo amenaza de suspensiones”.
Este lunes la universidad envió un documento a los estudiantes dándoles un plazo, hasta las 14.00 de la tarde hora local (18.00 GMT), para abandonar el campamento so pena de ser suspendidos y no poder terminar el curso académico.
Según los estudiantes, estas amenazas significan que los alumnos que decidan quedarse “serían suspendidos provisionalmente, perderían el acceso a su vivienda, perderían el acceso al campus, perderían el acceso a la atención médica en el campus” e incluso a sus visados, si son extraeros.